¿Necesitamos justificar una vez más que internet ha moldeado el consumo y que tu web puede transformarse en una poderosa herramienta de venta? Eso ya lo sabes.
Pero, si ya has comenzado a aplicar algunos de los tips que el marketing de contenido te ofrece, es probable que tengas preguntas o nuevos problemas para resolver. ¿No es así?
Bien, uno de los más comunes se relaciona directamente con esto:
¿Cómo hacer para concretar una acción, sea de venta o de una etapa preliminar, donde solamente necesito que el potencial cliente deje su correo u otros datos?
Señoras y señores, entran en escena las famosas landing pages o páginas de aterrizaje (aplausos).
Allí vemos el proceso de conversión de una página de aterrizaje
¿Qué es?
Se trata de una página específica que te permite convertir a los visitantes de tu web en interesados o potenciales clientes.
La idea central es que esos usuarios adquieran algo de valor que les ofrecés y a cambio te retribuyan la gentileza con información de contacto.
¿Cómo luce una landing page?
Antes de entrar en detalles, no está de más esclarecer que el éxito de una buena landing page depende, en su mayoría, de tres aspectos:
– el copy
– el diseño
– la oferta (por supuesto)
Lo que buscamos explicar, es que (como todo en el marketing de contenido) el triunfo de una acción está subordinado a la unión de fuerzas entre varios miembros del equipo.
Dicho esto, sigamos adelante. Una perfecta landing page debería lucir más o menos así:
¿Qué características peculiares observas? Piensa en una página “normal”. ¿Qué diferencia puedes notar? Dedica unos minutos a estudiar el ejemplo.
Incluye:
– Título atractivo y centrado en los beneficios.
– Texto que explica el valor de la oferta.
– Formulario (no muy extenso) que es preciso llenar para completar el circuito (obtener un ebook, acceder a un servicio, solicitar una charla de consultoría).
– Imagen que muestra o ilustra la oferta.
– Botones para compartir (Facebook, Twitter, Linkedin).
Como ya lo habrás notado, no hay menú de navegación.
¿Por qué? Apostamos a que ya sabes la respuesta.
¡Claro! El objetivo es borrar las distracciones y tratar de encauzar la acción. No queremos que la persona comience a dudar y se sienta tentado por elegir una opción del menú. Debe quedarse allí y seguir los pasos propuestos.
No podemos obligarlo, por supuesto. Sin embargo, para evitar una fuga, el contenido debe estar 100% enfocado en lograr este propósito.
Para hacerlo bien gráfico, analicemos juntos un ejemplo que no cumple con las referencias aquí trazadas.
¿Notas algo distinto con el boceto anterior? Te proponemos un ejercicio. Escribe lo que te parezca erróneamente planteado y luego avanze hacia los puntos siguientes para ver cómo te fue. ¡No hagas trampa!
¿Listo? Veamos:
– Hay menú (con lo cual, técnicamente ya deja de ser una landing page)
– El título es difuso y no plantea beneficios
– El texto describe características y no es muy tentador
– El formulario es demasiado largo
– El diseño es desordenado
– No hay ninguna imagen
¿Cómo te fue? Seguro que bien. En caso contrario, te invitamos a repasar la primera parte de este artículo. Pero no te desanimes. Al principio, a todos nos cuesta captar estas especificaciones.
Por qué necesitas landing pages
Aprender a sacar provecho de una landing page (basándonos en las mejoras características que el marketing de contenido nos ofrece), requiere estudio y práctica.
Pero antes de ponerte a trabajar, lo importante es comprender que puede funcionar como tu fuerza de venta online.
Es la sección de tu web que te proveerá de datos de desconocidos, interesados o potenciales clientes, y contribuirá en la conversión.
Busca más ejemplos por tu cuenta, observa los que cumplen con las “reglas” y los que no.
Comienza a producir tus propias landing pages. ¿Necesitas ayuda? Pide un asesoramiento totalmente gratuito.