¿Te gustaría que tu web, el contenido, los textos publicitarios, las imágenes y gráficos e incluso los videos, estuviesen especialmente creados para atraer, persuadir y generar un vínculo con tus potenciales clientes ideales?

Tómate un minuto para considerarlo.

Al construir el perfil de un cliente ideal, tu estrategia de marketing puede volverse más certera.

En vez de hablarle a todo el mundo al mismo tiempo, puedes identificar personas que necesitan de ti y optar por conversaciones más personales.

Desarrollar este tipo de perfiles te dará la posibilidad de enfocarte en los consumidores que realmente te interesan (porque son potencialmente ideales para tu negocio).

¿No te parece genial?

 

Desarrollar empatía

 

Un buyer persona es la representación (semi) ficticia de un cliente ideal. Es una combinación de investigación de mercado, conocimiento de tus clientes actuales y análisis online. La idea es ensamblar tu estrategia en torno a esto.

¿Qué sucederá? Tus lectores sentirán una conexión especial con tu discurso y comenzarán a identificarse con tus mensajes.

¿El resultado? Te convertirás en su referente.

 

Cómo construir el perfil de un cliente ideal

 

Construir este recurso del marketing inbound es armar una ficha. Allí volcarás toda la información posible sobre esa persona. ¡No te olvides de agregar una foto para que sea más real!

1- Comienza con su nombre completo, edad, profesión, trabajo actual. Luego esboza una breve introducción que funcione como un resumen de su vida laboral y personal.

Un ejemplo:

Pedro estudió Administración de Empresas en la universidad pública y se graduó en 1994. Además, posee un posgrado en marketing que cursó en un instituto privado de Buenos Aires. Desde 1998 es director de una consultora que asesora a compañías en cuestiones de marketing y desarrollo comercial. Su mujer, Carla, es contadora y trabaja en la consultora como gerente de finanzas. Viven en las afueras de Rosario y tienen 2 hijos.

2- Continúa con un día típico en la oficina. ¿Organiza muchas reuniones? ¿Cuánto tiempo pasa frente a su computadora? ¿Charla por teléfono con los clientes? ¿Trabaja sin detenerse o realiza pequeños breaks para tomar un café o charlar con sus compañeros?

3- Sigue con retos y/o dificultades en su vida profesional y personal. Sus ambiciones y metas, sus trabas, los obstáculos comunes.

Lo mismo en el seno familiar. Por ejemplo: ¿dispone de tiempo suficiente para dedicarle a sus hijos? ¿Quiere pasar menos horas en la oficina y más en su hogar? ¿De qué manera su trabajo afecta su vida como esposo y padre?

4- Ahora entra tu empresa al juego. Detalla cómo tus productos o servicios pueden ayudarlo a solucionar sus problemas y qué puedes ofrecerle concretamente.

5- Comportamiento online. ¿Consulta temas específicos en internet? ¿Qué busca en la web? ¿Qué palabras clave utiliza para encontrar solución a sus inconvenientes?

6- Especifica la relación cliente-oferta. ¿Es consciente de que tus productos o servicios pueden tener un impacto positivo en su vida? ¿Comprende o está interiorizado en tu oferta?

7- Por último, enumera las objeciones que pondrá durante el proceso de compra.

Ejemplo:

¿Cuántos días van a transcurrir hasta que pueda ver resultados concretos? ¿Por qué el servicio es más caro que otros?

 

Público identificado

 

Te lo recomendamos: adaptar tus mensajes en base a tus perfiles ideales arrojará grandes resultados. Puedes tener varios de ellos y optar por distintas voces y tonos.

Y si bien estas personas no existen, su construcción no está desarrollada en el aire. Se toman en cuenta clientes que conoces, información que tu empresa dispone de ventas no concretadas, encuestas, charlas telefónicas, etcétera.

Recuerda que tu discurso se vuelve más certero cuando tu audiencia está identificada.

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